sábado, 28 de julio de 2012

Cuento 7.El fantasma interior.


El fantasma interior. 






-Mañana lo haré.
-Hoy no puedo, tengo miedo, no estoy seguro de si gustaré. Creo que no voy a ir. Si eso, será mejor ir mañana.
Mario se sienta frente a la cómoda de su habitación, se arregla el pelo con los dedos y se mira en el espejo.
Otra vez tiene el mismo dialogo consigo mismo, lleva tanto tiempo hablándose de esa forma que incluso le a puesto nombre a este hecho, le llama; "charlar con el fantasma interior".
Mario tiene el pelo negro y lacio, lo lleva un poco largo y se lo suele peinar todo hacia detrás. Sus ojos son de un color marrón oscuro, tiene la nariz pequeña y puntiaguda,  y una tez blanquecina con algunos signos de acné. Su cuerpo es delgado y su estatura, más bien pequeña. Todavía tiene apariencia de niño, y aunque el no lo crea, es hermoso.
Tiene diecisiete años.

Algunos amigos suyos, ya salen con chicas, o tienen buenas amigas, pero el no. Siente terror a hablarle a una .
Cuando empieza a pensar, su fantasma interior le habla y le dice:

-Tu no, tu no le gustarás a nadie, eres delgado y feo, nadie te querrá, no digas nada, no hables o se reirán de ti.... No sirves para nada, no haces nada bien, quédate en casa, es lo mejor, así nada te pasara...

Con el pasar del tiempo, incluso sus amigos están dejando de llamarle para que salga con ellos. Ya no quiere ver a nadie, se siente mal. Su fantasma esta ganando terreno a marchas forzadas, en su mente.
Se siente estúpido por hablarse así mismo de ese modo, y cobarde por no ser capaz de reaccionar, pero su miedo al igual que su monstruo, se han vuelto cada vez más poderosos, y cree, que ya ha perdido, las fuerzas y el control.
Apaga la luz de su dormitorio y se tumba en la cama, pone la música flojito para no molestar a su madre, y en sus pensamientos desea morir. Imagina su muerte, y llora en silencio, se odia a si mismo.

Se oyen pasos detrás de la puerta.
-¡Mario!¿Puedo entrar hijo? ¿Mario estas bien?
 Su madre esta preocupada. El chico ha cambiado mucho, ya no es el joven dulce y feliz de hace unos años. Ella quiere ayudarle pero no sabe como.

Esta semana han venido unos inquilinos nuevos a vivir en el piso de al lado. Su madre le ha dicho que son un matrimonio y una chica, que debe tener su edad.
Siente curiosidad y mira por la ventana. Ve a una joven delgada de pelo rojizo, y tez rosada, apoyada en la puerta del ascensor lleva una caja con un nombre, Claudia.
El corazón de Mario late acelerado, la chica a mirado hacia donde estaba el, ha sonreído y le ha saludado con la mano. El se ha escondido, tras la cortina. Su fantasma le habla de nuevo y le dice:

-¡Que haces! No seas tonto, se va reír de ti. Se va reír de lo feo que eres, lárgate a tu cuarto, pirado.
Y cabizbajo retorna a su refugio, en el que nunca pasa nada y nadie puede herirle.

Ha pasado un mes, y ya ha averiguado muchas cosas sobre la chica. Tiene su misma edad y este año irá al mismo instituto que el.
Cada noche evoca su imagen en su cabeza y se imagina a el mismo, hablándole. Se ha enamorado de ella, y siente un dolor extraño en el estomago cada vez que la ve. Espiarla se ha convertido en su nuevo hobby. Ya no mira la televisión ni juega con el ordenador. Solo piensa en ella.
Pero su fantasma interior no le deja dar ningún paso, le aconseja mal y aunque el lo sabe, no puede resistirse a obedecerle, y eso le causa gran sufrimiento.

Alguien toca al timbre.
-¡Mama abre! ¡Mama la puerta! - Ahora recuerda que le ha dicho que salía un momento a comprar.
Mario se dirige a la puerta despacio, mira por la mirilla, no lo puede creer, es Claudia. Su corazón late tan fuerte que parece que va a salírsele del pecho, y su horrible voz interior no para de gritarle:
-¡No abras, no abras!
Pero no puede resistirse, su mano no le obedece, y  ya esta abriendo la puerta.
-¡Hola! -dice ella. Mi madre me mandó por si me podías prestar algo de sal.
- Si claro, pasa.
Mario intenta parecer tranquilo pero esta temblando de miedo, le sudan las manos y cree que se va a desmayar. De cerca, Claudia es todavía más bonita.
La lleva a la cocina y le da un poco de sal en un bote. La chica le toca la mano, y el se queda aturdido y sin saber que decir.
-¿Tienes novia? -le pregunta.
- No. -Contesta Mario.
Claudia le toca el pelo suavemente, se acerca a el y le susurra al oido:
-Me gustas.
La chica, le da un beso en la mejilla y se dirige rápidamente hacia la puerta.
Mario esta sorprendido con todo lo sucedido, cree estar viviendo un sueño, pero antes de que se cierre la puerta alcanza a decirle con un hilo de voz:
-¿Puedo ir a verte mañana a tu casa?
-Si. -Dice ella.
La puerta se cierra.
Mario cree que va a estallar de alegría. Su monstruo interior quiere hablarle, le dice cosas pero esta vez, el casi no lo escucha.  Hay otro sonido que ahora suena más fuerte. Ha pensado no volver a hacer caso a ese estúpido fantasma, ahora ha decidido que prefiere escuchar otra voz. La de su corazón.

Cuento 9.Los zapatos.

Los zapatos.


-¡No se por qué tengo que ponerme estos horribles zapatos!.
Me molesta al andar tienen la suela rara, y además son negros. Tu sabes que a mi no me gusta el negro, ¿verdad mama?.
-Mama, ¡mama! te estoy hablando.
- ¿Decías hija?
-¡Estos zapatos mami! son feos, no quiero ponérmelos, ¡por favor!
-Hija lo siento, pero hoy todo el mundo va a ir elegante a la fiesta de inauguración del restaurante y tu especialmente tienes que estar preciosa. Los zapatos, que hacen juego con el vestido, te harán parecer  más mayor y tu papa se sentirá muy feliz al ver que su pequeña princesa, lleva unos zapatos de señorita, por un día.
-¡Anda hija, hazlo por tus papis queridos!,aunque sea solo hoy.
-Esta bien, lo haré, pero sigue sin gustarme el color.
-Gracias, te prometo, que si quieres tener otro zapato de señorita algún día, te dejaré escoger el color que tu quieras.
-¿Prometido?
-Prometido.
-Entonces escogeré unos zapatos de lunares, rojos, como los de las sevillanas. Si, creo que esos si son unos zapatos bonitos, y además como tu dices... de señorita.
-Pero esos son solo para bailar flamenco. La gente no sale a la calle con zapatos de lunares.¿no lo entiendes peque? Puede que incluso la gente se burlará de ti.
-¿Y por qué tiene la gente que burlase de mi? ¿Acaso no puedo ir vestida como me gusta?
Yo no me río de esa señora mayor que siempre lleva la misma chaqueta verde manchada por todas partes, ni tampoco de la vecina de arriba que lleva el pelo rosa, ni de mi primo Adrián que lleva el pantalón siempre a punto de caersele y se le ve la ropa interior.
-Si es cierto, tu eres muy buena.
-No lo entiendo mama, por qué no puedo vestirme como a mi gusta. Si me apetece salir a la calle con mi disfraz rosa de princesa y unos zapatos de lunares, ¿esta mal? ¿Querer ser como soy, este mal?
-Peque, no es eso, es solo que, la gente no esta acostumbrada a ver ciertas cosas, y cuando ven algo fuera de lo normal, se extrañan y eso hace que lo miren más de lo que lo harían si fuera algo corriente, o que se rían o burlen, si son unos mal educados. Solo te digo esto por qué quiero protegerte, no quiero que nadie te lastime.
-¿Pero no piensas que eso debo decidirlo yo? ¿Que quizás es para mi peor, que no me dejes ser como soy, por temor a lo que dirán o pueda pasar? Puede que solo por el hecho de no poder expresarme como a mi me gusta me haga sentir infeliz ¿Me entiendes tu ahora, mama?
-Si hija, creo que lo voy comprendiendo ¿Quieres que vayamos a comprar?
-¿El que?
-Tus zapatos de lunares.
-¡Si mama! Eso me hará muy feliz.
-Eso es lo que yo quiero, peque, eso es lo que yo quiero.

viernes, 27 de julio de 2012

Cuento 8. La carta del perdón.

 La carta del perdón.


17 de Diciembre de 1968.

Ayer estuve mirando nuestras fotos. Hace tiempo que no se nada de ti. Ya no me escribes como antes hacías a diario. 
Te hecho de menos.
Espero que donde estés seas feliz. Yo en cambio siento un gran vacío.
En tu última carta me hablaste de que alguien especial, estaba a punto de volver a tu vida.
Creo que estoy celoso, ¿no me dices quien es?.
Mi cabeza no deja de dar vueltas a causa de tus palabras. Ojala pudiera hacer que volvieras de nuevo a mi lado. Ahora he entendido que no soy nada sin ti.

Te necesito junto a mi, tu sola presencia hace que yo sea mejor.
Creo que si la mitad de la humanidad fuera como tu, el mundo sería un lugar perfecto en el que vivir. Pero por desgracia, hay gente como yo. 
No tengo palabras para expresar mi arrepentimiento. Y la separación y la distancia que te pedí,
 no han hecho otra cosa que hacerme ver lo necesaria que eres en mi vida.

Soy un estúpido.
Que no me importas. Eso no es cierto. Siento que me falta el aire, desde que no te veo. 
Solo hace un mes que te fuiste, y mi vida se ha vuelto un infierno. 
¡Vuelve conmigo por favor!

Te pido perdón desde lo más profundo de mi ser.
Se que te he herido. Se que mis palabras retumban en tu mente, y que mi actitud, te causo un enorme dolor. La ira del momento pudo más que mi juicio. Y dije cosas y hice cosas, que nunca podré disculparme a mi mismo. 

Te dije que ya no te amaba, y te engañé, y me engañé a mi mismo. Por qué te quiero, te quiero tanto que me duele el alma.
 
Mi vida ha sido maravillosa gracias a ti, y yo nunca he sabido verlo. Por suerte, ahora que no estas, he llegado ha entenderlo, y puedo asegurarte que jamás lo volveré a olvidar. ¿Será verdad lo que dicen de que no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos?.
En mi caso, creo que si.
¿Demasiado tarde quizás?.
Espero que no.

Dame otra oportunidad y te demostraré, lo que no he sabido demostrarte estos años.
Regresa, para que pueda vivir de nuevo.

Te amo princesa.





23 de Diciembre de 1968.

Ayer recibí tu carta.
 
Ese alguien especial del que te hablé en mi última carta eras tu. 
Siempre te he esperado, sabía que me pedirías que volviera.
 Solo necesitabas tu tiempo.

Te amo, y regresaré por qué mi amor por ti es mayor que cualquier dolor que hayas podido causarme.
Y por qué en mi caso, no me creo eso que dicen de que;
"Las segundas partes nunca fueron buenas".
 Para mi, siempre fueron mejores.

Te perdono.


lunes, 9 de julio de 2012

Frases motivacionales.

Mis frases y pensamientos:

1. No desees a los demás lo que no quieras para ti.
2. Se fiel a tus valores y así invertirás en tus ideales.
3. Se justo y comprensivo con los que te encuentres en tu camino, puede que en algún momento los puedas necesitar.
4. Eres único, aprende a apreciar lo bueno que hay en ti y a perdonarte lo malo.
5. A medida que crezcas también crecerá tu inteligencia, usala para hacer frente a lo que no supiste hacerle frente por causa de tu juventud.
6. Vive hoy, por qué puede que mañana no existas.
7. No juzgues a nadie por una simple impresión, puede que te equivoques y te pierdas un gran interior.
8. Si alguien te ayuda recordarás ese momento, pero si alguien te hace daño, no lo olvidarás. Cambia eso y serás mejor persona.
9. No saques conclusiones de la actitud de un día, saca conclusiones de las actitudes de una vida.
10. Ama y perdona a los que te causen dolor por qué así dejarás de alimentar tu rencor.
11. Si ves el vaso vacío, llénalo del amor de aquellos que te aman y verás como rebosa.
12. Aprende a mirarte con los ojos de quien te quiere, seguro que esos ojos te enseñaran lo que tu no ves.
13. Da las gracias y siempre encontrarás más situaciones para darlas.
14. Sonríe aunque te cueste, porqué el simple gesto de tu boca, hará que tu corazón se sienta feliz.
15. No digas no puedo, di no se, pero lo conseguiré.
16. Usa la imaginación para hacer realidad tus sueños, usa tu voluntad para conseguirlos.
17. No envidies a alguien por que tiene algo que tu quieres, pídele consejo para conseguir lo mismo que el.
18. Si vives en el pasado te enfocas en lo que tuviste y perdiste o en lo que no tuviste y o has dejado pasar, y si vives en el futuro nunca disfrutarás ningún momento, porqué ese momento nunca llegará.
19. Vive el presente porqué tu vida mañana, pasado será.
20. Aprende del entusiasmo por la vida de los niños y de  la constancia y la paciencia de los ancianos.

Más frases motivacionales:

1.Sabio es aquel que guarda silencio y escucha, aún sabiendo que lo que oye no es cierto.
2. Noble es quien no juzga, a pesar de que el es juzgado.
3.Seras mejor cuando perdones a quien te hace mal, y lo mires con amor en vez de con rencor.
4.Los sucesos de tu vida, te enseñarán cosas, a veces buenas y otras malas, pero tu debes sacar de esas vivencias lecciones, que puedas utilizar en otras futuras situaciones. Con que parte de esa lección te quedaras, es decisión tuya.
5.No podemos esperar de los demás cosas que no quieren darnos, debemos aceptar con respeto su decisión y buscar en otra parte o aprender a autoabastecernos.
6.Los cambios pueden ser duros, sino son lo que esperábamos, pero también pueden ser maneras para afrontar nuevos retos y ampliar nuevos horizontes.
7.La seguridad de tu rutina diaria, puede ser tu ancla de salvación cuando te sientas desanimado, pero la espontaneidad del cambio puede devolverte la sonrisa.
8.Intenta ponerte en los zapatos del otro antes de tomar una decisión, que no te afecte a ti solo.
9.Las decisiones que tomamos en momentos de ira, no están respaldadas por nuestra deliberacion sobre los hechos, están respaldadas por nuestros impulsos y nuestra rabia. Toma decisiones cuando te sientas en calma, y seguro que estas serán más acertadas.,
10.Ser humilde es una cura milagrosa contra tu ego, uno no brilla, por ser más que otro, sino por ser igual o superior sin necesitar reconocimiento.
11.Saber que actúas correctamente que tus actos, tus palabras y tus decisiones son las adecuadas, te traerá una vida equilibrada y gratificante.
12.Tener dignidad no es cuestión de todo o nada, es cuestión de ser uno mismo, sin necesidad de undir a otros para conseguirlo.

Cuento 6. La cometa.



La cometa.

Aquel día el viento soplaba con una fuerza inusual.
La calle estaba desierta. La gente había ido a resguardarse en sus casas, y desde la seguridad de su hogar se asomaban infinitas cabezas por las ventanas de la ciudad, que miraban expectantes y con temor el pasar de ese extraño día.
Había en el ambiente una preocupación generalizada.
Se oían sirenas, alarmas de coches, ambulancias, y las noticias apenas informaban de otra cosa que no fuera, de los accidentes que había causado y estaba causando el mal tiempo.
Pero alguien parecía ajeno a todo eso, y al contrario que los demás se encontraba feliz y deseoso de llevar a cabo su idea.
Iván vive con su abuela y su madre en un bloque de pisos en el que apenas se ve otra cosa a su alrededor que no sean más edificios, parece que la naturaleza se ha escondido, o a huido muy lejos de ese lugar. El desde su habitación solo alcanza a ver un par de árboles que hay plantados en el parque cercano a su colegio, y eso le entristece.
Hecha de menos el sol, hecha de menos la luz reflejada en su ventana desde primeras horas de la mañana, hecha de menos el campo, hecha de menos el aire puro.
Antes vivían el, su madre y su padre, en una casa de campo y iba al colegio montado cada día en su  bicicleta. Paseaba largas horas por los alrededores sin temor de que los coches pudieran atropellarlo. Se podía dedicar a contar insectos, coleccionar hojas, hacer de buscador de tesoros. Pero desde que sus padres se habían separado su vida había dado un giro tremendo y su existencia se había vuelto gris y triste al igual que el. Sus ojos habían perdido la alegría parecía que los edificios no habían hecho otra cosa más que nublarle la vista y atormentarle el corazón.
Se había vuelto un niño enfermizo y melancólico, y pesé a los esfuerzos de su madre y su abuela, Iván no mejoraba  ni su estado anímico, ni su salud.
Desde que se trasladaron a la ciudad, las visitas a urgencias y al pediatra se convirtieron en una rutina, acabando por diagnosticarle un sinfín de alergias y problemas respiratorios.
Su madre se sentía responsable del estado de físico y mental en el que se encontraba su hijo y se culpaba así misma por no a ver sido más fuerte y a ver insistido en que era ella, la que debía quedarse con la casa. Pero se encontraba abrumada por todo lo sucedido con su marido y las decisiones que había tomado en ese momento se respaldaban en gran parte por el rencor que sentía hacía el que hasta entonces había sido su esposo y el urgente deseo de escapar de todo lo que le recordara a el.
Iván no entendía porqué sus padres se habían separado ni por qué el tenia que vivir con su madre y su abuela en la ciudad. Sabía que su madre estaba enfadada, que había llorado y lloraba mucho y que había roto muchas fotografías de cuando sus padres se casaron.
Su madre le contó que su padre había dejado de quererla  porque ahora su papa quería a otra señora. Pero aún así seguía sin entender porque habían tenido que irse de su hogar.
Aquel día Ivan cogió su cometa y sin hacer ruido salio de su casa. Su abuela se había quedado dormida como siempre mirando la televisión, y su madre todavía no había acabado su jornada laboral, por lo que ahora, disponía de algo de tiempo y ese día era perfecto para llevar a cabo su plan.
Desde su antiguo hogar podía ver un edificio muy lejano y alto, y su padre y el jugaban a imaginar que un día irían a visitarlo y descubrirían de que se trataba.  Pero eso era antes de saber que la ciudad, no iba a traerle más que infelicidad.
Con el cambió de domicilio y el tiempo supo que el rascacielos en cuestión era un hotel, muy lujoso, en el que se alojaban frecuentemente personas de mucho dinero y famosas. Pero eso a el no le importaba, su idea era subir arriba del todo y desde allí hacer volar alto su cometa, para que su padre la viera y fuera a buscarlo.
Quería volver a  ver a su padre y volver a su antiguo domicilio, lo necesitaba.
Pesé a varias dificultades consiguió colarse en el hotel y subir a la terraza. Desde tan arriba se sentía una sensación extraña en el estomago, pero estaba decidido, sabía que así su padre le vería.
Soltó la cometa y esta empezó a volar con fuerza, se agitaba y balanceaba rápidamente haciéndosele difícil controlarla, las cuerdas no resistirían mucho más viento de ese tipo, y el casi no podía abrir los ojos por el aire. Aún así siguió dirigiéndola durante un buen rato, hasta que oyó que alguien le llamaba.
Era su madre, había venido a buscarle. Su abuela se había despertado y al ver que no estaba en casa había llamado a su hija, y esta a su vez a la policía.
Aquella noche su padre fue a verlo, había visto la cometa, aunque también había recibido una llamada de su exmujer.
Iván le contó a su padre que quería volver al campo, que se sentía triste, que le extrañaba y que quería que volvieran a ser la familia que eran antes.
La escapada de Ivan, hizo que sus padres volvieran a hablarse, cosa que hacía tiempo que no hacían, y que estos tomasen decisiones de nuevo, que afectarían en adelante a cada uno de ellos.  Pero por suerte, entre otras  muchas cosas decidieron, que la abuela mama y el se volverían a mudar, pero esta vez, al sitio correcto.
Y así, una cálida mañana de verano, al abrir la ventana Iván ya no ve bloques de pisos, ve árboles y naturaleza hasta donde le alcanza la vista, y su corazón se siente de nuevo libre y fortalecido como el corazón de un mirlo que ha sido finalmente liberado.

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